¡El orden nos hace bien! No hay que darle muchas más vueltas a esta frase para darnos cuenta que es simplemente eso: Nos hace bien. Nos ayuda, nos suma y no nos resta. Vivir en orden está lejos de venir a complicarnos la vida, sino que todo lo contrario.

Tu casa es tu refugio, el lugar donde te sientes protegido del mundo exterior, donde descansas, donde vives momentos importantes y donde escribes gran parte de tu historia. Vivir en un ambiente organizado y ordenado nos ayuda a tener una mejor calidad de vida, y así poder destinar más tiempo a otras cosas. Preocuparnos de nuestra casa es preocuparnos de nosotros mismos, es cuidar nuestro bienestar personal y el de toda nuestra familia. Es ponerte como prioridad y valorarte, teniendo en cuenta que tu casa es una extensión de ti. ¡Y hoy más que nunca!, dado que pasamos tanto tiempo en ella y hemos tenido que hacer todas nuestras actividades dentro de esas paredes.

La organización y el orden nos entregan la habilidad de poder manejar de mejor manera nuestra casa, nuestro tiempo y hasta nuestro dinero. Cuando empiezas a entender y evidenciar que todo esto solo te trae beneficios y cosas positivas, verás el orden de otra manera. Porque el orden no es solo como lo conocemos, una palabra que nos agota o incluso nos molesta con solo nombrarla… ¡va mucho más allá! Se trata de lo eficiente, funcional y placentero que podemos llegar a tener nuestro espacio físico, para que todo eso se traspase a nuestro espacio emocional y mental. Desde un simple cajón, un closet, la cocina o incluso la disposición física de nuestros muebles o las cosas que vamos dejando tiradas, nos harán un transitar, disfrutar y vivir diferente nuestra casa.

Cuando hablamos de orden se tiende a pensar que hablamos solo de algo físico, pero quiero aclarar que además estamos hablando de algo emocional. Nos genera sensaciones y emociones, para bien… o para mal.

 

Mente saludable y en orden

 

Así como sabemos que al alimentarnos bien, tomar agua y hacer ejercicios ayudamos a nuestro cuerpo a estar saludable, también necesitamos que esa salud llegue a nuestra mente. Es tan importante cuidar nuestra mente, nuestro interior, sentirnos felices y plenos con nosotros mismos. Esto lo logramos con pensamientos positivos y en una atmósfera placentera, alejándonos aunque sea por momentos, del estrés y las preocupaciones constantes que el mundo actual nos genera por mil razones, y permitiéndonos, espacios donde nos sintamos tranquilos, contentos y en paz. Es por esto que el orden en nuestras vidas ¡es tan importante! Porque nos ayuda a lograr eso. Es una herramienta que podemos usar a nuestro favor para que nuestra casa sea ESE lugar placentero donde llegar, donde no perdamos tiempo ni energía buscando lo que necesitamos, en donde tengamos solo las cosas realmente necesarias, para así tener un entorno fresco, liviano, agradable y cargado de bienestar. Al lograr todo esto y mantenerlo en el tiempo, tendremos ganas de que no se acabe nunca, de continuar así, de llegar a nuestra casa.

Desde nuestra casa observamos al mundo, ahí parte todo. Por eso se dice que nuestra casa habla de nosotros mismos y que es el reflejo de cómo estamos interiormente. Al hacer orden en lo físico, también estamos haciendo orden en nuestro interior y ayudando en gran parte, a nuestra mente con lo que necesita para estar saludable. Hay veces que un cambio externo, por pequeño que sea, es el primer paso para conseguir un cambio interno.

Para lograr vivir en orden no se necesita tener mas espacio, ni tener mas muebles, ni tener un estilo determinado de decoración… sino solo tener menos cosas. Tener solo lo que en realidad necesitamos tener, nos hará un día a día mas fácil.

Empecemos a agradecer más, a ser más felices y a ser mas consientes de cuidar nuestra mente tanto como nuestro cuerpo.

 

El desorden

 

Por el solo hecho de vivir, desordenamos. Somos humanos y nos vestimos, usamos cosas, cocinamos, comemos, hacemos deporte, tenemos hobbies, compramos cosas, nos regalan cosas, etc. y casi siempre vivimos con mucho más de lo que realmente necesitamos. Por eso finalmente empezamos a acumular.

El desorden nace de los montones de cosas que tenemos y que nunca nos damos el tiempo de guardar, de destinarle un lugar de permanencia, de descartar o regalar.

Hay que decidir qué se queda, qué se va, qué nos sirve, qué no, qué nos gusta tener cerca y disfrutar, y qué no nos aporta en nada. Estamos acostumbrados a tomar decisiones en tantos aspectos de nuestra vida, pero decidir con las cosas de nuestra casa nos cuesta demasiado. ¿Por qué será? Si no lo hacemos y controlamos a tiempo, esto crece y crece sin parar.

 

No quiero desilusionarlos, pero esto es algo constante. No basta con hacerlo una vez. Estamos siempre cambiando, los niños crecen, cambiamos de gustos, cambiamos de etapa, cambiamos de estación, nos cambiamos de casas, etc. Por lo tanto, el desorden y el ordenar es algo que será para siempre parte de nuestras vidas. Por eso depende de nosotros si lo tomamos como algo positivo, que nos aporta, o si lo tomamos como una carga. Meternos constantemente en nuestras cosas, saber lo que tenemos, sacar lo que no estamos usando, son hábitos que nos harán mantener bajo control el desorden y la acumulación. Es tan fácil caer en ella, que hay que darse el tiempo de  revisar todos los rincones de nuestra casa.

Una de las claves está en no tener tantas cosas. Suena sencillo, pero no lo es. Conservar SOLO las cosas necesarias y apropiadas para nosotros. Cosas con un sentido y con una existencia justificada por su uso. Todo lo demás se debería ir. Los metros cuadrados NO son extensibles, NO son infinitos, tenemos que adecuarnos a ellos y vivir con nuestra realidad.

Descartar es una operación en la cual tomamos y revisamos UNO POR UNO los elementos que tenemos y decidimos si conservarlos o no. Solo se deben quedar las cosas que queremos conservar, que nos hacen sentido, que usamos, que nos emocionan.

 

Los protagonistas somos nosotros, no las cosas, debes preguntarte:

¿Lo utilizo? ¿Es necesario? El sujeto es siempre “Yo”

y el eje temporal es siempre “Ahora”.

 

Haciendo esto constantemente, va a llegar un momento en el que ya no será necesario ordenar LA CASA (entera) y ¡no se verá como una montaña eterna de trabajo!

Esto sucede, porque dejan de acumularse las cosas innecesarias y solo circulan las necesarias. En cambio si solo nos limitamos a meter el desorden o las cosas que nos estorban en una bolsa de basura para después guardarla junto con muchas otras en la bodega, lo único que estaremos haciendo es cambiar el “estado” de las cosas, es un traslado nada mas, no es deshacernos del desorden. Solo así sabremos qué tenemos y donde lo tenemos, y esto genera una inmensa tranquilidad, seguridad, eficiencia y sensación de control.

 

El minimalismo

 

Ser minimalista con nosotros mismos y con nuestras cosas es conservar y guardar SOLO aquello que realmente necesitamos. Dejemos de tratar de convencernos que todo lo que esta en nuestra casa, closet, muebles o cajones lo usamos. Los invito a hacer la tarea consciente de revisar lo que tienen (por ítem: ropa, revistas, remedios, cremas, maquillaje, vajilla, etc.) y solo dejar lo que realmente usan y valoran. Les aseguro que les sobrará espacio, fluirán nuevas energías, tendrán espacio para nuevas cosas y estarán mas felices al saber lo que tienen y encontrar todo lo que buscan.

Hay que tratar de depurar lo más posible nuestros espacios. Esto no significa deshacernos de todo, ni vivir al límite con muy pocas cosas. Es vivir con lo que nos sintamos capaces de mantener, con lo que nuestra realidad física pueda contener y con lo que nos haga bien a los ojos y al alma.

Cada día me convenzo más que el problema está en la cantidad de cosas que tenemos. Que vivir con menos es la solución y para eso hay que pensar muy bien que entra a nuestra casa. Así dejaremos el camino y el espacio libre a más y mejores cosas que sí necesitamos.

El orden y la organización no pasan por los metros cuadrados. El espacio disponible no determina que un lugar esté mejor organizado u ordenado. Sólo determina que caben más o menos cosas. Ya sean chicos o grandes los espacios de nuestra casa, dependerá de nosotros mismos el cómo los vivamos.

 

Botar lo que no se usa

 

Quiero contarles, a modo de ejemplo,  una historia personal. Cuando me casé, le pedí a mi mamá de regalo unas sillas que eran de mi abuela. Siempre las encontré preciosas, pero no estaban como me hubiese gustado. Las quería igual, ya que me generaban un placer demasiado grande el solo verlas. El saber que cada una de esas sillas cuenta una historia única, que estuvieron presente en gran parte de la vida de mi abuela y luego en la de mis papás, para mí era un regalo que no tenía precio. Sería absurdo pensar que quería esas sillas para no usarlas, para que fueran algo más que tenía que guardar en la bodega, o que estuvieran en algún rincón sin importancia. Las retapisé, restauré y decidí gozar de ellas y del placer y la felicidad que me dan. Son protagonistas hoy de mi living, las ocupo, nos sentamos en ellas y el solo hecho de verlas me da felicidad y me acuerdo de mi abuela.

Así como las sillas de mi abuela, podría ser una vajilla, un adorno, una foto, algo de ropa o ¡incluso algo nuevo! Algo que te costó mucho tener o que tiene un significado especial. Hay millones de cosas que a veces dejamos guardadas para alguna ocasión especial o simplemente porque creemos que son recuerdos, no las utilizamos. Quedarse con lo útil, lo que usamos y con lo que nos genere bienestar, ¡no es deshacerse de todo! Es que todo lo que se quede tenga una función, sea cual sea, para que no nos quite espacio de lo que realmente queremos ver.

 

“Siempre parece imposible, hasta que se hace.”

Nelson Mandela

 

No existe una solo forma de ordenar, ¡son infinitas! Cada casa es un universo y la organización y el orden deben funcionar y ser cómodas para cada uno. Todo esto no se relaciona ni con los metros cuadrados, ni con la cantidad de contenedores, ni tampoco con el estilo que tenga tú casa, sino que con buscar el equilibrio entre la cantidad de cosas y la mejor manera que tienen tus propios espacios para funcionar correctamente con ellas.

 

“Nuestras casas son nuestro refugio, nuestro hogar, nuestro pequeño mundo, único e irrepetible y la manera en que lo habitamos nos define y habla de nosotros.”

 

 

Por: María José Villanueva, Organizadora de Espacios.

En instagram: @home.planner

14 Comentarios
Leyla Millaray Abara Deramond

Darnos tiempo para detenernos y pensar en el orden de nuestra casa es sinónimo de ordenar nuestras vidas. Me encantó este espacio de reflexión. Ahora a ordenar! Muchas gracias

Agueda ..Oyarzun

Me encantó este Artículo. He hecho todo lo que aquí se dice y la verdad que me he cambiado varias veces de casa y siempre he sido igual con el orden , me siento feliz ,tranquila y protegida en mi hogar y mi familia me lo agradece ..Gracias ...por estos consejos ...Amo mi casa y sin tantos lujos ....solo lo que necesito para estar bien ,en paz y agradecida ... ?

    gourmet

    Nos encanta leer comentarios así! Muchas gracias por compartir tu experiencia Agueda :) Saludos!

Sonia Araya

Muy buenos consejos, ahora a ordenar ¡¡¡¡

Vilda

Yo no lo logro Es como ahí dice Decir la palabra orden ya es agotador

Paula

Me es una buena manera de reflexión y soltar lo que no sirve por mucho que sea un recuerdo .

Evelyn

Me gusta que mi casa este ordenada y limpia, eso también habla de cómo es la persona, en mi casa no encontrarán ollas de comida pero si estará siempre limpia

Aurora Santibañez muñoz

Ahora si, éste fin de semana si o sí ordenare. Gracias por darme ánimo 💪

Gladys abarzua mendez.

Gracias por la reflexcion, creo que los estados de animo nos hacen sumirnos en el almacenaje de cosas. , con tareas que no hacemos nunca y juntamos y juntamos siempre tenemos cosas pendientes, no estamos nunca tranquilos con nuestra casa. Me hizo bien leer este articulo y ahora !!!haaa trabajar y ordenar!!!! Gracias

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